y cierra los ojos, lentamente
y abraza el recuerdo del destello
y besa la piel muerta de los recuerdos
y planta en mí, la semilla de inconsciencia
de eterna primavera
de colores fugaces
de miradas atrapantes
recorre con la mirada, las piernas infinitas
y escucha todas las historias
de sangre y carne trémula
que rodean mis pensamientos,
tan oscuros a veces
al final, de todos modos
abre los ojos, se sienta en la cama
mira desconcertada a la pared
no recuerda ese corte fatal
tampoco recuerda ese beso infinito
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